Habitualmente no somos conscientes de la influencia que tienen los
utensilios de cocina sobre los alimentos que cocinamos. Sin darnos cuenta,
contaminamos nuestros alimentos en la propia cocina, con reconocidos tóxicos
como metales pesados o productos sintéticos.
Este es un hecho aún más paradójico cuando se consumen productos
ecológicos. Se compran estos alimentos porque nos certifican que no han
intervenido productos tóxicos en ninguno de sus procesos de cultivo, crianza o
elaboración y luego en casa van directos a una sartén de teflón, a una olla de
aluminio o a una cazuela que posiblemente libera plomo.
La intoxicación con metales pesados sucede puesto que nuestro organismo no
tiene sistema para eliminarlos. Su acumulación produce una intoxicación lenta,
insidiosa e inevitable. Para hacernos más conscientes del alcance de esta
cuestión, he aquí un listado de materiales que forman parte de nuestro menaje
habitual.
Acero inoxidable. El acero inoxidable es una aleación de hierro con
carbono, a la que se añaden metales pesados en diferentes proporciones para
obtener distintas características. El conocido acero 18/10 de las baterías de
cocina o cuberterías significa que en su composición contiene 18 partes de
níquel y 10 de cromo. El acero inoxidable es bastante estable en contacto con
los alimentos, pero libera pequeñas cantidades de éstos metales pesados a la
comida, por lo que no deben utilizarlo personas con alergia a alguno de estos
metales.
El más aconsejable es el acero quirúrgico ( T-304 ), ya que no es poroso,
aunque siempre hay que tener cuidado con las ralladuras y deterioros de la
superficie.
El acero japonés utilizado, por ejemplo, en cuchillos japoneses es una
aleación de extraordinaria calidad, más ligero y de mayor dureza y que además
no contiene cromo ni níquel.
Cobre. Los “cacharros de cobre” son ideales para
decoración pero nunca para cocinar en ellos. Para este uso podemos encontrar
utensilios de cobre recubiertos de acero inoxidable. El cobre es el mejor metal
conductor del calor, seguido por el aluminio, y suelen formar parte de los
fondos difusores de ollas y cazuelas, pero no deben estar en contacto con el
alimento.
En el caso de utilizar utensilios de hierro, aluminio o cobre al menos hay
que tener en cuenta que no entren en contacto con sustancias ácidas ( vinagre,
limón, frutas, tomates...), ya que la reacción química que se produce aumenta
considerablemente los niveles de intoxicación por estos metales.
Teflón. Es un material sintético llamado PFTE (polifluorotetraetileno),
inventado por la multinacional DuPont en el año 1938. Aunque la mayoría de
nosotros loo conocemos como antiadherente de los utensilios de cocina, tiene
múltiples aplicaciones: revestimiento de cables de aviones, formando parte en componentes
de naves espaciales y de prótesis médicas, en componentes de motores trajes
espaciales, lentillas, mangueras , pinturas, barnices, alfombras, membranas que
impermeabilizan ropas, calzados, etc.
El peligro del teflón es debido al APFO ( ácido perfluoro octánico, también
conocido como C-8) sustancia prácticamente indestructible y acumulativa. Se
sabe que en el año 1961 DuPont ya conocía que el APFO se acumula en el cuerpo,
no se descompone en el medio ambiente y causa dolencias en animales (cáncer
endocrino y sanguíneo, esterilidad, hipotiroidismo, problemas en el hígado,
malformaciones en fetos). A pesar de eso, continuó con los vertidos en aguas y
atmósfera, por lo que se ha encontrado APFO en ríos, mares, plantas y animales
(incluso osos polares, ballenas...), en alimentos y en la sangre del 95% de los
estadounidenses y en personas de todo el mundo.
El APFO o C-8 es un material necesario para la adhesión de cualquier
antiadherente a su base. La razón por la cual el uso de estas sustancia es peligrosa
en el teflón es por que la superficie del teflón se deteriora rápidamente, no
es estable y las partículas del teflón no tienen la dureza necesaria para
evitar que el C.8 se volatilice. Si bien sus cualidades antiadherentes son
buenas, no lo es su durabilidad. Por esa razón, han aparecido alternativas al
teflón: antiadherentes más resistentes o que se aplican a temperaturas muy
elevadas, con lo cual mantienen su superficie totalmente sellada.
Se habla de la emanación de productos químicos tóxicos, al calentarse el
teflón por encima de los 160º, que pueden matar a un pájaro que se encuentre
cerca. El APFO se encuentra también en bolsas de patatas fritas, palomitas,
hamburguesas, etc. Un ex químico de DuPont ha asegurado que los alimentos
contenidos en estos envases pueden absorber sustancias tóxicas. No se dispone
de estudios en humanos con evidencias, aunque sí en ratas . DuPont sólo ha
admitido la relación con tasas elevadas de colesterol y triglicéridos. No
obstante, la agencia de Protección Ambiental de EE.UU. ha acusado a DuPont de
ocultar información, por lo que ha pagado cuantiosas multas y compensaciones y
las compañías que lo fabrican están obligadas a reducir el 95% de las emisiones
de APFO en el año 2010 y a erradicar los rastros de APFO de todos los
utensilios de cocina y de artículos que lo contienen y estén relacionados con
alimentos.
Si se decide a utilizar utensilios revestidos de teflón, hay que tener
cuidado de no someterlos a temperaturas elevadas (por ejemplo fritos, ya que la
temperatura en el momento de agregar los alimentos es superior a 225º C.
salteados y horneados) y desecharlos en cuanto la superficie sufra algún
deterioro (ralladuras, roces, erosiones...)
Plásticos. Los plásticos que encontramos en
tantísimas aplicaciones de la vida diaria son todos altamente contaminantes en
su producción, sólo una mínima parte son biodegradables y pocos son
reciclables. Contienen sustancias que actúan en nuestro organismo como disruptores
hormonales, es decir, que interfieren en las funciones de nuestro sistema
hormonal y causan demostradas alteraciones (a las que son más sensibles los
fetos y los niños), sobretodo los ftalatos, el estireno y el bisfenol A. Los
encontramos en el recubrimiento interno de latas, botellas, biberones,
envases..,. En contacto con los alimentos, una parte pasa a ellos, ya que
ningún plástico es totalmente inerte. En la cocina deberíamos anularlos, o al
menos no deberíamos calentar en ellos ni tampoco poner comida caliente, grasas,
líquidos o ácidos. Además, hay que tener en cuenta que el más inestable de
todos es el film de cocina. El polipropileno es el único plástico recomendado
por la OMS para estar en contacto con alimentos, por su estabilidad tanto en
contacto con ácidos como alcalinos y por su resistencia al calor.
Ante esta situación , cabe plantearse si a pesar que las legislación
establecen límites de seguridad, en realidad algún límite es seguro, puesto que
las materias tóxicas se acumulan en nuestro organismo sin posibilidad de
eliminación.
Es necesario conocer las alternativas de que disponemos para poder elegir a
la hora de comprar, y hacerlo en función de nuestra salud y no por modas de
consumo.
Consideramos como utensilios seguros aquellos que no desprenden ninguno de
sus componentes al alimento y que no reaccionan con el alimento. Hasta donde
hoy conocemos son seguros:
Vidrio. Está fabricado básicamente con sílice ,
cal y sosa. A algunos tipos de vidrio se les añaden metales pesados para
cambiar sus características, por ejemplo las cristalerías de vidrio fino
contienen plomo , amenos que el fabricante indique lo contrario. Por lo general
el vidrio es una buena alternativa para sustituir los recipientes de plástico e
incluso para cocinar. Es ideal el cristal con cuarzo para contener bebidas, ya
que transmite a los líquidos que contiene sus cualidades armonizadoras y
energéticas.
Esmaltado de porcelana. Los esmaltados de porcelana que no estén rallados ni
desconchados no desprenden ningún componente tóxico.
Los utensilios de barro no deben estar barnizados y en caso de tener
esmalte deben certificarnos que no contienen plomo.
Silicona. Es un polímero sintético de los silicatos
y se obtiene a partir de sílice de arena. Ahora está ampliamente difundido su
uso en moldes, espátulas, y otros utensilios que además de ser antiadherentes
son flexibles. La silicona es estable e inerte, no reacciona al estar en
contacto con los alimentos y resiste temperaturas desde la congelación al
horneado. Hay diversos calidades de silicona y deferencias en su flexibilidad,
duración y precio. La calidad superior es la denominada “silicona de platino”
por su estabilidad, y calidad del sílice utilizado.
Titanio. Es un
metal inerte y atóxico, de gran dureza y resistencia ya que no produce
alergias, por lo que también se utiliza en cirugía y par prótesis e implantes.
En los utensilios de cocina proporciona un antiadherente muy resistente y
estable, de gran dureza durabilidad, así como ausencia de toxicidad.
Madera. Es el material tradicional para tablas de
corte, cucharas, espátulas... Con la aparición de los plásticos se creyó que
superaban a la madera en higiene, pero se ha comprobado que en las tablas de
madera no hay crecimiento bacteriano y sí lo hay en las de plástico. No tienen
por qué impregnarse de olores ni sabores si las tratamos con aceite de vez en
cuando. También se recomienda su limpieza con EM, microorganismos efectivos.
De nuevo se trata simplemente de estar informados para poder elegir .
(Fuentes: la revista "La eco". nº 54, Autora: Marta Villén Vega, Enfermera
Nutricionista)
"UTENSILIOS
DE COCINA, UNA AMENAZA A SU SALUD"
Por: Joaquín
Velázquez Alvarez, NMD,AMD,CPG, NL.
Catedrático Universidad Interamericana de P.R.
Ex-presidente Asociación de Naturópatas de P.R.
Introducción:
Después de analizar y
revisar mucha de la literatura científica y entrevistar a muchos de nuestros pacientes
y estudiantes de nuestros cursos de salud, por más de diez y ocho años (18)
hemos concluido que muchos de sus problemas: gastrointestinales, envejecimiento
prematuro, cerebrales, daños al hígado, riñones, pulmones, cáncer de vejiga,
anemia, problemas pediátricos, sistema nervioso, mentales, colicos, pobre
metabolización del calcio, dolor de cabeza, perdida de memoria, dolores de
huesos y musculares, deficiencia crónica de calcio y cambios de minerales en el
organismo y baja absorción intestinal, en personas que han trabajado por mucho
tiempo en plantas de aluminio tienen problemas de coordinación y balance al
caminar, e incluso la muerte.
Siendo responsables los
utensilios fabricados con metales tóxicos en que cocinamos nuestros alimentos,
tales como el aluminio, plomo o teflón, hierro colado con plomo y ollas de
presión, como el uso excesivo de antiácidos crean esta toxicidad como: Milanta,
Maalox, Gelosil, Riopan, Rolaids y Ampholojel(29 mg a 265 mg de aluminio, por
dosis, incluidos en la lista del National Advertised products). También algunas
medicinas para el dolor de artritis como: Ascriptin, Bufferin y Vanquish y en
otros que se utilizan para la inflamación, al igual en algunos aditivos en
polvos para hornear y bebidas que contienen hidróxido de aluminio.
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